“¿Y
ya sabes cuándo te marchas?” “¿Y dónde vas a vivir?” son las dos frases que más
he escuchado desde el día 3 de enero. A día de hoy, cuando faltan 35 días para
irnos hacia una aventura muy esperada a la vez que llena de preguntas, miedos e
inseguridades, solo tengo respuesta para una de ellas: nos vamos el 5 de
agosto, martes, cuando cogeremos el avión en uno de los aeropuertos gallegos
que nos llevará a Madrid, y desde allí, a EEUU.
Todos nosotros estamos en una
situación parecida: lo que estamos viviendo no es real. No es real que te den
la oportunidad de estudiar un año en América ni tampoco una reunión en la que
te empiezan a dar un montón de consejos sobre tu vida americana, pero esto
empieza a cambiar cuando hace poco más de un mes estábamos recogiendo el visado
que nos permitiría vivir en un país diferente al nuestro y hace un par de días
teníamos la entrega de credenciales y la última orientación antes de irnos.
Creo que no vamos a ser
conscientes de lo que estamos viviendo hasta que nos encontremos en la parte
más alta del Empire State o cuando estemos dando un paseo en barco por el río
Hudson.
Pero centrémonos en el
presente. Como he dicho, el pasado 28 de junio tuvimos la última reunión antes
de irnos a Estados Unidos en la sede de la Fundación Amancio Ortega, en Arteixo.
La jornada empezó a las 11.00 de la mañana recogiendo nuestro pasaporte, que se
había quedado la Embajada Americana para poner el visado, y de dos Manuales del
Estudiante, un libro de 52 páginas en el que hay toda la información sobre el
año académico: la preparación, cuando estemos allí, y cuando volvamos. Más
tarde fuimos al Auditorio, donde nos esperaban Antonio y Belén, representantes
de las fundaciones; Raquel Burgos, una chica de CIEE muy maja que nos iba
traduciendo; y Keith Stone, otro representante de CIEE que, en un inglés muy
entendible, nos iba contando otro montón de cosas sobre el intercambio: la vida
al otro lado del charco, las costumbres, las asignaturas que debíamos escoger,
las normas…
Después llegó el momento más
esperado y el principal motivo de la reunión: la entrega de credenciales, el
documento que nos reconocía oficialmente como becarios de la V edición de las
Becas High School.
Tras las rigurosas fotos para
el periódico, pudimos recoger una maleta de cabina que nos regala FSL y una camiseta con el dibujo del nombre de
las becas. Para acabar el encuentro, un aperitivo que la gran mayoría
aprovechamos para hacernos fotos con la gran cantidad de pancartas y carteles
que había.
Hasta pronto!!