jueves, 11 de diciembre de 2014

Feliz cumpleaños, mamá

Hola mama.

Realmente no se como empezar esta carta, porque lo único que se me ocurre en este momento es un común feliz cumpleaños, pero no vamos a recurrir a lo simple. 

Llevo guardándome las ganas de escribirte desde que nos despedimos, con alguna lagrima en los ojos, hace 127 días en el aeropuerto de Santiago, pero es lo normal en estos casos, o eso creo. Muchos nos pueden criticar, y cuando eso pase, proponles pasar diez meses sin su garbancito (como tanto te gustaba llamarme) y verán que la cosa cambia. Se que solo las luchadoras y fuertes como tu lo aceptarían, porque eres la Lara Croft de mi vida: te lo pueden poner cada vez mas difícil, pero tu siempre pasaras al siguiente nivel. 

No me di cuenta hasta que llegue a Estados Unidos de todo lo que hacías por mi cuando estaba en España. No le daba, aunque sea triste reconocerlo, ningún valor a tus besos de buenas noches, tus abrazos o, simplemente a todo lo que me regalabas cada día, pero créeme, no sabes lo que pagaría para que estuvieras aquí conmigo aunque solo fuera por unas cuantas horas, porque a pesar de que sea una de las mejores experiencias de mi vida, el amor de una madre no se puede olvidar nunca, y menos si es como el tuyo: sin fecha de caducidad y con visado para todos los países del mundo, porque por muchos kilómetros que nos separen, se que siempre estarás ahí. 

Ya han pasado mas de cuatro meses desde la ultima vez que nos vimos, pero te aseguro que cuento los días, minutos y segundos que quedan para poder darte ese abrazo que tantas veces evite. 

No cambies nunca. Pocas personas quedan como tu. 

Feliz cumpleaños mama. Eres la reina de la familia (nunca mejor dicho)

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